HÉLÈNE ROCHAS

Su apariencia es la encarnación de la elegancia a la francesa. Larga liana distinguida, ojos color zafiro, ella representa la seducción, el chic de París. Y también la generosidad. Conocer a Hélène Rochas es amarla.

MUSA DE

MARCEL ROCHAS

Hélène es bailarina clásica y alumna de arte dramático en la clase Simon cuando se topa, durante la Ocupación, con Marcel Rochas, quien la habría abordado en el metro con la frase «tienes la apariencia ideal para llevar un sombrero». Aquélla a quien se apodaría muy pronto la «Bella Hélène» se convierte en modelo estrella para la boutique de la avenida Matignon. Marcel Rochas forma su mirada, su estilo e incluso le dedica el perfume Femme como regalo de bodas.

NELLY BRIGNOLE

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MUJER DE

NEGOCIOS

Al fallecer Marcel Rochas en 1955, Hélène Rochas se convierte en una de las primeras mujeres de Francia en ocupar el cargo de directora general. La «executive woman» transforma en esa época Rochas en una marca de perfumería de lujo. Surgen así Madame Rochas en 1960, en un frasco de cristal de Baccarat, y luego Monsieur Rochas en 1969 y Eau de Rochas en 1970, un éxito planetario.

HÉLÈNE ROCHAS

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MUJER DE MUNDO — 

La «pantera sofisticada», como la apoda la prensa estadounidense, encarna la marca. Gracias a su generosidad, inteligencia y belleza, esta gran dama hechiza las veladas Grand Siècle de un París que ya no existe. Hélène Rochas es una fuente de inspiración para los artistas de la segunda mitad del siglo XX: César inmortaliza su seno en una escultura monumental en 1967, y Andy Warhol realiza su retrato pop art en 1975.

Hélène frecuenta los medios artísticos, organizando fiestas y bailes suntuosos. En su hotel particular parisino situado en el número 40 de la calle Barbet-de-Jouy, Hélène Rochas organiza grandes cenas en las cuales se codean, entre otros, Louis Aragon, Paul Éluard, Salvador Dalí, Max Ernst, Man Ray, el duque y la duquesa de Windsor, para hablar de arte y literatura mundial.